¿Elegimos o nos lo regalan? El tamaño y circunstancias

El tamaño del perro que elijamos deberá depender de nuestras circunstancias y las que podamos ofrecer al animal, si tenemos jardin, si vivimos en un piso...

4º El tamaño.

En general, para la convivencia, para estar en casa o para pasear, es indiferente que el perro sea grande o no, de hecho, los perros grandes suelen ser más tranquilos cuando están en casa, pero pueden darse circunstancias en cada uno de nosotros que requiera tener en cuenta el tamaño.
Para personas mayores que no tengan fuerza es más recomendable un perro pequeño, ya que es más manejable que uno grande. Aunque un perro grande bien educado no tiene porqué arrastrar a nadie por la calle, a la hora de meterle en la bañera, llevarle  al veterinario por ejemplo si está cojo, o alguna situación parecida, una persona con algún problema de falta de fuerza tendrá más dificultades con un perro grande que con uno pequeño

Por otra parte, un perro muy pequeño no nos podrá acompañar si nos gusta ir al campo, montar en bicicleta, ir a nadar etc.

A los  perros excesivamente grandes que viven en la ciudad se les ve cansinos y agobiados. Por otra parte, es corriente ver en el parque perros muy pequeños  asustados y temblorosos, sobre todo si sus dueños no les han acostumbrado a relacionarse  con otros perros desde cachorros.

 /*/*








5º Nuestras circunstancias

Tenemos que prever que pueden ser variables. Un perro es un ser vivo que va a depender de nosotros, y aunque en un caso de apuro podamos regalarlo a alguien que lo vaya a cuidar bien, es hacerle sufrir privarle de quien él considera que son sus dueños, a los que adora, y de los que depende, es mucho peor que para ti tener que prescindir de un gran amigo.

 Se da el caso de parejas jóvenes que se casan, adoptan un perro y cuando se queda la mujer embarazada se quitan el perro. ¿No se les podía haber ocurrido que lo más lógico es que sucediera eso? Por otra parte un embarazo y un bebé no son una razón para quitarse el perro si éste es equilibrado, está bien educado, y lo tenemos con todos los cuidados sanitarios.

No hay que caer en el error de creer que porque vivimos en un chalet o en el campo y tenemos jardín o espacios verdes ya no tendremos que ocuparnos casi del perro, porque, aunque para nosotros será más fácil, y para él más agradable vivir así, hay que educarle para que no se ensucie en cualquier sitio del jardín, la orina produce calvas en el césped, y tampoco querremos tropezones y resbalones desagradables y malolientes.

También habrá que enseñarle que no se coma las plantas, ya que,  aparte de destrozarlas, puede comer algunas que le ocasionen daños o le intoxiquen, los bulbos también pueden causar problemas. Mientras sea cachorro, lo mejor será acotarle un espacio donde no haya peligro de que coma o estropee nada, sobre todo para cuando se quede solo. Tendremos asimismo que sacarle a pasear, porque necesita andar, hacer ejercicio y aprender a moverse por el mundo.